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Diversificar para lograr nuestros objetivos, en la inversión como en la vida

BBVA AM España

09 de febrero de 2024

En la vida diaria, las personas debemos buscar diversificar los riesgos a los que estamos expuestos, para reducir el impacto que tendría el acaecimiento de alguno de los mismos. El resultado de hacerlo suele ser un mayor bienestar y felicidad.

Por ejemplo, las personas deberíamos:

  • tener distintos tipos de afectos (pareja, hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo…),
  • potenciar las amistades en distintos entornos, y distintos hobbies,
  • dedicar nuestro tiempo a diferentes ámbitos, conciliando trabajo con vida personal (familia, ocio, amigos), sin centrarnos excesivamente en el trabajo, pero sin convertirnos en personas ociosas,
  • distribuir el destino que damos a nuestro dinero entre consumo y ahorro, para sufragar nuestras necesidades y vivir plenamente el presente, pero, al mismo tiempo, estar preparados para imprevistos o para afrontar objetivos futuros.

De esa manera, si algo va tan bien como esperabas, lo demás puede seguir funcionando para nosotros. Siempre que la actitud sea positiva, la diversificación nos ayuda a tener una vida equilibrada, pese a que no todo vaya bien siempre.

En materia de inversión del ahorro, la diversificación es también uno de principios fundamentales, probablemente el más importante. Como se suele decir: “No se debe poner todos los huevos en la misma cesta”.

La diversificación, clave a la hora de invertir

En inversiones, diversificar es la técnica de asignar las inversiones a activos diferentes para ayudar a minimizar el riesgo.

La diversificación puede llevarse a cabo combinando:

  • diferentes vehículos de inversión (por ejemplo, fondos de inversión de renta fija, renta variable o mixto),
  • diferentes tipos de activos (renta fija, renta variable, activos alternativos) en la misma cartera.
  •  y dentro de los anteriores, diferentes exposiciones a industrias (sectorial), geografías (UE, EEUU, paises emergentes), o emisores

La diversificación es clave para segregar el riesgo y mantenerlo en niveles reducidos, atenuando el impacto que causa la volatilidad del mercado en el valor de nuestro ahorro. La volatilidad mide cómo la rentabilidad de un activo se ha desviado de su media histórica (desviación típica): es decir, el grado de oscilaciones a determinado plazo que registran los precios de las acciones, los bonos, etc.

Diversificando una cartera de inversión se busca limitar la exposición a pérdidas significativas en los mercados: el objetivo primero de la diversificación no es maximizar la rentabilidad sino minimizar pérdidas durante las recesiones.

La cartera de inversión de un ahorrador debería estar ampliamente diversificada de acuerdo a sus objetivos de corto, medio y largo plazo, ajustándose a su perfil de riesgo, distribuyendo la inversión del ahorro entre distintos activos y productos financieros con diferentes estrategias de inversión, o cuyo valor no este correlacionado entre sí. Cuando unos activos de inversión tengan perdidas de valor, otras podrán lograr rendimientos positivos.

El valor aportado por el asset allocation y la gestión activa en la diversificación

La asignación de activos (asset allocation en inglés) es el proceso por el que se decide qué proporción de una cartera de inversión se debe destinar a los diferentes tipos de activos de inversión (acciones, renta fija, inmuebles y otros activos alternativos, etc.), con el fin de incrementar al máximo los rendimientos reduciendo al mínimo los riesgos.

El asset allocation consta de tres fases:

  1. Identificación de los activos en los que invertir.
  2. Combinación de esos activos, otorgando un peso en la cartera a cada uno de ellos en función del perfil de riesgo del inversor y de las perspectivas sobre los mercados.
  3. Seguimiento de la evolución de cada uno de los activos, para mantener en cada momento la distribución de activos más adecuada, adaptándose a las nuevas circunstancias de los mercados.

La gestión activa consiste en el proceso de inversión a través del cual el gestor de un fondo de inversión selecciona activos financieros, basado en su propio criterio y análisis, con el objetivo de conseguir unas rentabilidades mayores que las del mercado, recurriendo a esa selección de activos y a la identificación del mejor momento para comprar o vender.

La diversificación en la asignación de activos, si bien no garantiza las ganancias ni evita que caiga el valor de las inversiones, sí que logra disminuir el riesgo (especialmente útil en los mercados bajistas).

Además, es importante tener una perspectiva a largo plazo en la inversión: los mercados suben y bajan en periodos de corto plazo, pero tienden a premiar a los inversores a largo plazo.

Un inversor particular puede lograr una diversificación adecuada, de manera fácil, través de fondos de inversión. Los fondos de gestión activa son gestionados por profesionales cualificados, con acceso a información de los mercados financieros, capacidad de análisis y evaluación de riesgos, y de reaccionar reposicionando la cartera en mercados bajistas.