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Las claves semanales del 29 de abril al 3 de mayo de 2024

BBVA AM España

29 de abril de 2024

Después de la sucesión de sorpresas alcistas en la publicación de los datos macroeconómicos del mes de marzo en Estados Unidos (empleo, IPC y ventas minoristas), el testigo pasó a la métrica de inflación favorita de la Fed, el deflactor subyacente del consumo privado. Aunque este dato suele ser bastante predecible una vez que se conocen los índices de precios al consumidor y al productor, la cifra del primer trimestre tomó a los mercados por sorpresa, al aumentar hasta el 3,7% trimestral anualizado, frente al 3,4% que había pronosticado el consenso. Finalmente, los datos resultaron menos alarmantes que lo que parecía a primera vista, ya que la mayor parte de la revisión al alza se puede atribuir a un ajuste en el dato del mes de enero. Sin embargo, las cifras de marzo, conocidas el viernes, también superaron las expectativas, al registrar el PCE subyacente un crecimiento del 0,32% mensual, frente al 0,27% previsto por los analistas. En general, el mensaje principal sigue siendo el mismo: las presiones inflacionistas muestran una mayor resistencia, particularmente en el ámbito de los servicios.

Monitor de mercado

Por el contrario, el PIB del primer trimestre sorprendió a la baja, desacelerándose hasta el 1,6% intertrimestral anualizado, en comparación con el 3,4% del cuarto trimestre de 2023; sin embargo, los detalles apuntan a una actividad aún resistente. La demanda privada se mantuvo firme, disminuyendo sólo ligeramente, ya que el menor consumo fue compensado por una mayor inversión. En cambio, una gran parte de la sorpresa negativa del PIB respecto a las previsiones se debió a los componentes más volátiles, principalmente los menores inventarios y la contribución negativa del comercio exterior.

A excepción de los datos de empleo de abril, el FOMC tendrá toda esta información a mano cuando se reúna el miércoles. En este sentido, resulta altamente probable que la comunicación de la Fed sea consistente con los discursos recientes de sus miembros, que indicaron que los datos no han aumentado la confianza del Comité en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%, por lo que se mantendrían los tipos en los actuales niveles por más tiempo de lo esperado hace unos meses. Dicho esto, es más probable que este mensaje se transmita en la conferencia de prensa de Powell que en el documento de la reunión, que no debería incorporar muchos cambios respecto del emitido en marzo.

Esta combinación de una inflación más rígida, que requiere tipos altos durante más tiempo y un crecimiento más débil, afectó negativamente al sentimiento del mercado en la sesión del jueves. Sin embargo, el peor contexto macroeconómico fue rápidamente compensado por otro episodio de optimismo sobre la IA, tras la publicación de los resultados de Alphabet y Microsoft, que superaron las expectativas gracias a la mayor demanda corporativa de productos relacionados con esta tecnología.

En otro orden de cosas, uno de los cambios importantes en el primer trimestre del año 2024 fue que el ciclo manufacturero mundial pareció mejorar después de casi tres años de actividad deprimida. Sin embargo, los PMI manufactureros preliminares de abril no lograron reforzar esta expectativa, ya que disminuyeron en Estados Unidos, la eurozona y el Reino Unido, y se observó debilidad en la mayoría de los componentes, incluidos los nuevos pedidos. A pesar de esto, no tenemos que dar por hecho que se está frenando de nuevo el sector industrial, ya que estas métricas son volátiles por naturaleza y los datos de abril no revierten significativamente la mejoría de meses anteriores.

A pesar de las decepcionantes cifras del sector manufacturero, los datos que vamos conociendo siguen confirmando una recuperación gradual de la actividad europea, que no afecta al proceso de desinflación. Esta semana, el PMI compuesto de abril en la eurozona superó ampliamente las expectativas del mercado, al subir hasta los 51,4 puntos, desde los 50,4 anteriores, impulsado por la fortaleza de los servicios, que compensaron la debilidad del sector manufacturero. Además, los datos apuntan a una brecha cada vez menor entre las economías centrales y la periferia, por la recuperación de Alemania y Francia, pero también, aunque en menor medida, por una actividad ligeramente más débil en la periferia.

Terminamos con la reunión de política monetaria del Banco de Japón, que concluyó sin cambios significativos en su política. El BoJ no sólo mantuvo los tipos estables, sino que también alejó en el tiempo el proceso de normalización de su balance, en lugar de señalar una reducción, como habían anticipado algunos analistas. Dicho esto, el Banco de Japón sentó las bases para realizar ajustes en sus políticas. Revisó al alza sus pronósticos de inflación y ahora proyecta que las métricas de inflación básica serán consistentes con su objetivo del 2% en los próximos cinco años. Además, el Gobernador Ueda expresó una creciente confianza en alcanzar esta meta de inflación e indicó que, si estas proyecciones se materializaran, los tipos oficiales se incrementarían gradualmente hasta niveles neutrales.

Sin embargo, la principal amenaza para los planes del Banco de Japón, cualesquiera que sean, es la cotización del yen. A la luz de los sólidos datos macroeconómicos estadounidenses, que alejan aún más las expectativas de flexibilización por parte de la Reserva Federal, la presión a la baja sobre el yen se intensificó y la divisa nipona superó la cota de las 157 unidades por dólar, abriendo la puerta a una intervención de las autoridades monetarias en defensa de su divisa. En última instancia, no obstante, un apoyo más sustancial al yen tendría que provenir de tipos más altos, y esa decisión corresponde exclusivamente al Banco de Japón.